LA ATENCIÓN AL CLIENTE EN CONTRA DE LA VEJEZ

La falta de tacto en el servicio para el adulto mayor

La gente envejece y sus hábitos de consumo cambian.

El dinamismo y otras actividades de mercado se transforman de manera instantánea, llegando abrumar a las generaciones más veteranas.

Además, la vejez no viene sola.

A menudo viene acompañada de problemas de audición o visión.

Y cuando hablamos de atención al cliente, la edad no debería importar, ¿o sí?

La triste realidad es que los adultos mayores a menudo se encuentran con una atención que deja mucho que desear.

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¿A qué se debe tanta hostilidad hacia este público?

Analicemos un poco esta situación.

Cero empatía

La mayoría quienes trabajan en servicio al cliente, en especial los jóvenes, no comprenden las necesidades y preocupaciones de las personas mayores.

Es cruel decirlo, pero no les nace ponerse en su lugar en un mundo que cambia tan rápido.

Impaciencia

La paciencia es una virtud que cada vez se está perdiendo entre la gente.

En ocasiones, la atención al cliente de las empresas no manejan la calma necesaria para tratar con gente mayor.

Sienten que están perdiendo tiempo con ellos y eso se refleja en la calidad de la atención.

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Los infaltables estereotipos

Los prejuicios que se tienen sobre los adultos mayores llegan ser hasta hirientes.

Los catalogan como personas lentas o que no entienden las cosas.

Estos estereotipos pueden llevar a una atención irrespetuosa e ignorante hacia este grupo de personas.

Tecnología excluyente

Estamos en tiempos donde casi todo se hace a través de aplicaciones y pantallas táctiles.

Muchos adultos mayores se sienten perdidos porque no se les involucra en estos medios tecnológicos.

Si los sistemas y procesos no están diseñados para ser amigables con ellos, es fácil que se sientan frustrados y desatendidos.

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Falta de capacitación

La cultura de la vocación al servicio en gran parte de las empresas está casi extinta.

No dan una formación adecuada a su personal sobre cómo atender a clientes de todas las edades, incluidos los adultos mayores.

Esto lleva a malentendidos y errores en la comunicación que podrían evitarse con un poco más de preparación.

Recapitulando

La mala atención al cliente a los adultos mayores no se debe solo a una falta de voluntad.

Es más bien a una falta de comprensión y capacitación por parte de las empresas.

Para mejorar esta situación, es fundamental que las empresas reconozcan las necesidades únicas de este grupo de personas.

También deben brindar la formación adecuada a su personal para garantizar una experiencia positiva a sus clientes.

Independiente de la edad del cliente, es quien decide si vale o no la pena comprarte.

Y en ese aspecto, la atención hace la diferencia.