Determinar cuánto cobrar por tu trabajo es una de las decisiones más importantes.
Esto afecta directamente tu rentabilidad, competitividad y percepción de valor por parte de tus clientes.
Aquí te explico cómo calcularlo sin matarte tanto la cabeza y te ayude a ser rentable.
Contenido
1. Calcula tus costos
Antes de fijar un precio, debes conocer todos los costos asociados a tu producto o servicio:
- Costos fijos: Gastos que no varían, como alquiler, servicios básicos, salarios fijos, etc.
- Costos variables: Gastos que dependen de la producción o venta, como materiales, envíos, comisiones, etc.
- Costos indirectos: Gastos generales como marketing, software, transporte, etc.
- Tu tiempo: Si eres el proveedor del servicio, valora tu hora labor y la experiencia.
Fórmula básica:
Costo total = Costos fijos + Costos variables + Costos indirectos + Tu remuneración
2. Investiga el mercado
Analiza a tu competencia y el mercado para entender el rango de precios que los clientes están dispuestos a pagar:
- Competencia directa: ¿Cuánto cobran otros por un producto o servicio similar?
- Valor percibido: ¿Qué tan único es tu producto o servicio? Si ofreces algo diferenciado, puedes cobrar más.
- Público objetivo: Si tu cliente es de alto poder adquisitivo, podrás cobrar más que si es un mercado masivo. Sin abusar.
Lee: 5 CLAVES AL MOMENTO DE EMPRENDER
3. Define tu margen de ganancia
Una vez que conoces tus costos y el precio del mercado, decide cuánto deseas ganar.
Un margen de ganancia básico varía según la industria, pero suele estar entre el 20% y el 50%.
Te puede interesar: LEGALIDAD, FINANZAS Y EL FISCO
Fórmula:
Precio de venta = Costo total + (Costo total x Margen de ganancia)
4. Considera diferentes estrategias de precios
De acuerdo a tu negocio, puedes usar distintas estrategias para fijar precios:
- Precio basado en costos: Suma tus costos y agrega un margen de ganancia.
- Precio basado en valor: Cobra según el valor que tu producto o servicio genera para el cliente.
- Precio competitivo: Alinea tus precios con los de la competencia.
- Precio psicológico: Usa cifras que parezcan más atractivas, como dar valores no redondeados. Ejemplo: En vez de $50.000 en su lugar $49.900.
- Precio premium: Si tu producto es de alta calidad o exclusivo, cobra por su valor agregado.
5. Valora tu tiempo y experiencia
Si ofreces un servicio, es importante cobrar de acuerdo con tu experiencia y habilidades:
- Por hora: Calcula cuánto deseas ganar al mes y divídelo por las horas que trabajarás.
- Por proyecto: Estima el tiempo y recursos que invertirás y aplica un precio global.
- Por valor entregado: Si tu servicio genera un gran beneficio para el cliente (por ejemplo, ahorro de tiempo o aumento de ventas), cobra en función de ese valor.
Relacionado: EL VALOR AGREGADO: LO QUE REALMENTE VALE TU TRABAJO
6. Prueba y ajusta
No temas experimentar con tus precios.
Comienza con un precio competitivo y ajusta según la respuesta del mercado.
Consulta a tus clientes si el precio les parece justo.
Si tu producto o servicio tiene alta demanda, sube el precio poco a poco.
Recomendado: SIN MIEDO AL «NO» Y SEGURO AL «SI» EN LA TOMA DE DECISIONES
Recuerda
El precio no solo cubre tus costos, sino que también refleja la calidad y valor de lo que ofreces.
No subestimes tu valor.
Comunica claramente qué incluye tu precio (impuestos, envíos, etc.).
Ajusta tus precios según la inflación, cambios en costos o demanda.
Nos vemos en la próxima.